sábado, 5 de septiembre de 2015

En la revista 7 Caníbales hablan de nosotros, la primera foto es de nuestras viñas. Gracias ! gallinas Happy !

7caníbales.com

Revista gastronómica digital

De narices Patrocinado por:


La revolución tranquila de los vinos gallegos

Con un 60% de todas las uvas cultivables en España, Galicia es un verdadero parque jurásico de variedades, muchas de ellas desconocidas. Un interesante grupo de productores se afana por transformarlas en vinos longevos y con personalidad, que transmitan el carácter del lugar en el que se cultivan.

Como buen gallego orgulloso de su tierra, el escritor y gastrónomo Álvaro Cunqueiro describió el Albariño como el “príncipe dorado de los vinos”. Sin embargo, aunque el prestigio actual lo tiene el blanco, Galicia —incluida la zona de las Rías Baixas— fue tierra de tintos hasta hace menos de un siglo.
Vinedo en Lagar de Sabariz
En su interesante libro Galicia entre Copas (Hércules de Ediciones), Mariano Fisac recuerda que en Roma ya se bebían vinos de la Ribeira Sacra antes del siglo I y que Ribeiro exportaba sus tintos a Inglaterra, Flandes y América desde la Edad Media. Pero tras unos siglos de bonanza, llegó el ocaso. El fin de prósperas relaciones comerciales, las plagas en el campo, la pobreza y la emigración llevaron al olvido de muchas variedades locales, bien porque se abandonó su cultivo o bien porque se sustituyeron por otras foráneas más productivas.
Por fortuna hubo pequeños viticultores que, resistiendo al empuje de la moda más reciente de los blancos y al dominio nacional de la tempranillo, conservaron viñedos con cepas autóctonas y una tradición vinícola que se va recuperando lenta pero inexorablemente, gracias a una nueva generación dispuesta a recobrar ese pasado apoyándose en la tecnología, la enología y la viticultura a pie de viña. El resultado que están consiguiendo es espectacular, con vinos —tanto tintos como blancos— que rivalizan en elegancia, carácter y clase con otros de zonas de renombre y tradición consolidada de todo el mundo.
Esta es una selección de diez productores que elaboran en distintas zonas de Galicia y que merece la pena disfrutar y seguir. Yo he tenido la suerte de probar algunos de sus vinos este año en El Alma de los Vinos Únicos (Burgos) y A Emoción dos Viños (Tui), dos de los eventos más interesantes del panorama vinícola nacional actual. Por suerte, no son los únicos. La revolución de los vinos gallegos tiene muchos participantes y está aquí para quedarse.
Ribera collage
Xose Lois Sebio
Con aspecto rockero y sólidos conocimientos sobre los suelos y las variedades de Ribeiro, Xose Lois Sebio es un defensor de los vinos que transmiten origen y singularidad, nacidos en esas encostas (laderas) altas y escarpadas, difíciles de trabajar y que él está empeñado en recuperar con su proyecto Viños de Encostas. Sebio, que también es director técnico de Coto de Gomariz y está involucrado en proyectos fuera de Ribeiro, elabora vinos con nombres tan descriptivos y originales como Salvaxe (25 €), un blanco que procede de cepas viejas de Lado y otras más jóvenes de Treixadura, Albariño y Godello cultivadas en biodinámica o Superhéroe (Eldelbar) (18 €), un vino fácil de beber que mezcla uvas de distintas fincas y que es una buena introducción a los tintos de Ribeiro.
Luis Anxo Rodríguez
Los vinos de Luis Anxo Rodríguez son serios y austeros y reflejan el carácter de su propietario, un hombre tranquilo y de pocas palabras que prefiere que sus vinos hablen por él. Además de su vino de parcela de Ribadavia (A Teixa), en su pequeña bodega de Arnoia elabora la gama Escolma, que es una selección de sus mejores parcelas, y la más básica Eidos Ermos, con vinos pensados para un consumo más rápido y sin complicaciones. En medio, el blanco Viña de Martín Os Pasás y el tinto A Torna Dos Pasás (15 ) son dos opciones de gran calidad elaborados con variedades autóctonas y a precios muy ajustados.
Lagar de Sabariz
Pilar Higuero (Lagar de Sabariz) es una mujer valiente. Esta malagueña y gallega de adopción no sólo se lanzó a recuperar un antiguo viñedo familiar en desuso que un capricho administrativo dejó fuera de la DO Ribeiro sino que decidió hacerlo con métodos biodinámicos para devolver el equilibrio a la tierra y trabajarla como lo hacían los abuelos. En su idílico paraje en San Amaro (Ourense) Pilar cuida los viñedos de Treixadura y Albariño de los que nace A Pita Cega (32 €), un vino que fermenta con sus propias levaduras y descansa un año en depósito antes del embotellado. Un vino con nervio y buen recorrido en botella en su añada 2013, más fresca que otras anteriores.
Otros productores interesantes en Ribeiro: Emilio Rojo, Bernardo Estévez, Sameirás.
Vinedo Ribeira Sacra_
Forjas del Salnés
El enólogo berciano Raúl Pérez ha sido fundamental en el desarrollo del gran potencial de los vinos gallegos, como los de esta bodega dirigida por Rodri Méndez, que trabaja algo menos de 10 hectáreas en Rías Baixas.
Allí cultiva variedades blancas y tintas, como Caíño, Loureiro, Espadeiro y Mencía, con las que ha conseguido vinos elegantes, frescos y vibrantes que recuerdan a Borgoña como el Goliardo Caíño Finca Genoveva (30 €), proveniente de una finca con cepas viejas cultivada con mimo por cinco generaciones de mujeres o Bastión de la Luna (14 €), elaborado con uvas más jóvenes y que es el vino perfecto para descubrir los tintos gallegos. Cos Pes (19 €), elaborado con uvas de Albariño pisadas con los pies y maceradas con las pieles, como se hacía hace más de un siglo, es fino y delicioso y representa el lado más innovador de este gran viticultor.
En otro proyecto conjunto con Raúl Pérez en la incipiente zona de Chantada (DO Ribeira Sacra) elabora otros dos vinos con el nombre Castro Candaz. Castro Candaz Finca El Curvado (17 €) es un Mencía 100% de parcela con viñedos plantados entre 1925 y 1945 que es fresco y muy gastronómico.
Fulcro
Si la capacidad técnica y la inquietud de Raúl Pérez ayudaron a Rodri Méndez a obtener lo mejor de los viñedos familiares, éste ha continuado la cadena de favores con Chicho Moldes, el joven propietario de Bodegas Fulcro en el valle del Salnés.
En su pequeño viñedo de una hectárea elabora tres Albariños con marcada acidez y frescura, buen ejemplo de la nueva generación de viticultores y enólogos con estilo propio que despuntan en Galicia. Fulcro (14,50 €) nace de un viñedo con suelos graníticos y se fermenta y cría en barricas usadas durante 12 meses. El resultado es un vino con volumen, salino y afilado que no deja a nadie indiferente.
Zárate
Cerca de las viñas de Fulcro está el pazo-bodega y las 10 hectáreas de viñedo de Eulogio Pomares (Zárate), uno de los productores con más proyección internacional de Rías Baixas. Sus blancos —Zárate, El Palomar, Tras da Viña o Balado— son vinos consolidados y reconocidos como grandes albariños pero los tres tintos que elabora en esta zona son más minoritarios; un intento por recuperar esta antigua tradición de la zona. Se llaman Zárate Espadeiro, Loureiro y Caíño (22,70 €) y son vinos frescos, atlánticos y con enjundia. La próxima cosecha sale en el invierno de 2016 y merece la pena hacerse con alguna de estas botellas.
La inquietud de Eulogio Pomares le ha llevado más allá de su zona de confort y se ha embarcado en otros proyectos como Fento Wines o el que tiene en Ribeira Sacra. Xabre 2012 (13,95 €), un coupage de Mencía, Sousón, Brancellao y Garnacha, acaba de salir al mercado.
Otros productores interesantes de Rías Baixas: Albamar, Alberto Nanclares, Pedralonga, Corisca
Algueira
Algueira es una de las bodegas pioneras en la recuperación de variedades autóctonas de la Ribeira Sacra como las tintas Brancellao, Merenzao y Caíño y la defensa de otras como Mencía, Godello y Treixadura plantadas en espectaculares pendientes sobre el río Sil. A pesar de su pequeño tamaño, elabora casi una docena de vinos blancos y tintos, algunos de forma experimental como Carballo Galego (25 €), con el que se estudia la idoneidad del maridaje de la Mencía con el roble autóctono. Tanto su Brancellao como el Merenzao (25 €) son tintos puros, elegantes y vivaces, perfectos para descubrir estas variedades singulares.
Vinedo y horreo tradicional en Bodegas Zarate
Ponte da Boga
Dominique Roujou de Boubée nació en Francia pero es en España donde aplica sus conocimientos como enólogo trashumante entre Galicia, Comunidad Valenciana, Cataluña, Ibiza y Extremadura. En Ribeira Sacra asesora a Ponte da Boga, una bodega con presencia en la zona desde el siglo XIX, ahora dirigida por los propietarios de la cerveza Estrella Galicia. Gran defensor de las variedades autóctonas de Galicia, elabora con ellas dos fabulosos vinos de finca: Capricho de Merenzao (25 €) y Porto de Lobos (28 €) de una pequeña parcela en pendiente con minúsculos bancales de Brancellao.
Otros productores interesantes en Ribeira Sacra: Guímaro, Dominio de Bibei, Sílice Viticultores
Rafael Palacios
El nombre Palacios hace pensar en Rioja, lugar de origen de la saga familiar o Priorat, donde Álvaro elabora el laureado L’Ermita, pero Rafael se asentó en Valdeorras, donde hoy en día elabora O Soro y As Sortes, dos de los vinos blancos más apreciados de España. Palacios ha recuperado viñedos viejos en altitud que trabaja con mimo y sin herbicidas en una zona de minifundio tradicional en la que se arrancó y se abandonó mucha cepa vieja. Louro (12,50 €) es su vino intermedio, elaborado con viñas más jóvenes y notas florales y frescas, que hacen de él un vino con personalidad pero fácil de beber.
Otros productores interesantes en Valdeorras: Valdesil, Telmo Rodríguez
Quinta da Muradella
Jose Luis Mateo (Quinta da Muradella) es un vigneron humilde y sensible que transmite bondad y pasión por su viñedo, ubicado en la parte alta de la DO Monterrei, una zona fronteriza con Portugal de inviernos duros y veranos abrasadores. Verín es su base de operaciones pero la vida la hace entre las cepas, mimándolas para que expresen lo mejor que llevan dentro y la zona de la que provienen. Trabaja con variedades poco conocidas y casi extinguidas como Bastardo, Mouratón, Gran Negro, Zamarrica, o la Monstruosa de Verín, una variedad con uvas grandes y difícil de trabajar y otras adaptadas a la zona como la Godello, Treixadura, Doña Blanca o Mencía. De sus 20 hectáreas de viñedo ecológico (cinco de ellas arrendadas) y de su manos salen vinos elegantes, expresivos y frescos como los Gorvia blanco y tinto (27 €) o los jóvenes Alanda tinto y blanco (15 €), que más de uno situaría en Borgoña en una cata a ciegas.